Nuestra mujer voladora

En uno de los paisajes más lindos de la sabana, volamos en parapente, en compañía de nuestros pilotos, personas profesionales, capacitadas para elevar hasta el cielo a los amantes de las alturas.

Pero cuando decimos pilotos, no hablamos únicamente de hombres, pues a 45 min de la capital, en el municipio de Sopó, se encuentra Andrea Jaramillo, la única parapentista que se encarga de hacer volar diariamente a las personas que visitan Parapente Paraíso.

Este deporte no era un tema ajeno para Andrea, pues varios de sus familiares tenían conocimiento de esta actividad y también la practicaban con ella desde muy pequeña, así que la sensación de elevarse con el viento, era conocida. Fue así como a diferencia de muchas personas, aprendió primero a volar en parapete que a montar en bicicleta.

Su gusto por volar se fue incrementando y después de ver que era un deporte diferente que podía realizar, empezó a hacerlo con más frecuencia y a tomar el curso para certificarse. En el Valle del Cauca volaba con un grupo de hombres y mujeres pero fue la única mujer que siguió apasionada por el parapentismo.

Andrea es diseñadora gráfica de profesión y el parapentismo es su pasión. Aunque ejerce en ocasiones el diseño, decidió dedicarle más tiempo a volar. Al principio lo hacía como hobbie, no dudaba en salir los fines de semana para diferentes lugares a volar y conocer desde otra perspectiva cada ciudad, pero por múltiples razones aprovechó sus conocimientos y su talento y empezó a volar pasajeros y trabajar en este deporte. Adicionalmente también empezó a competir y es campeona nacional, un titulo que consiguió con constancia.

Pertenecer a un gremio que tiene en su mayoría hombres es un tema complicado de manejar, pero con los años y las experiencias, ha aprendido a llevar la situación. Controlar este tema no solo incluye a sus compañeros de trabajo, sino a los visitantes del lugar que en ocasiones prefieren esperar y volar con un hombre, sin embargo muchos de ellos después de vivir la experiencia con Andrea ya se bajan cambiando su concepto. “En este campo me comporto como una mujer, soy decente y delicada, pero a veces me toca pararme fuerte y defenderme”

En total ya son 16 años los que lleva volando y aunque muchos ven esta actividad como un trabajo, ella asegura que va más allá “Yo vuelo para que los pasajeros sientan lo que yo siento, lo que quiero es transmitir mi pasión y voy a volar hasta que mi cuerpo me lo permita”

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